Pues tengo malas noticias. Es muy posible que la tengas tú y no te hayas dado ni cuenta. Si te sirve de consuelo hay muchas. Y es que internet está plagado de páginas web que sólo sirven como tarjeta de visita virtual, online, digital… o como quieras llamarlas.
Aquí voy a contar mis consejos para evitar que tu propia web se convierta en la tarjeta de visita más cara del mundo.
Quiero una tarjeta de visita virtual
¿Te suena?
La mayoría de veces, mi primera conversación con un nuevo cliente o clienta empieza más o menos así. Me cuenta que ya va siendo hora de hacerse una web, que necesita ayuda y quiere saber más o menos cuánto cuesta una página web profesional. En esa primera conversación yo siempre les pregunto ¿para qué quieres una web? y prácticamente siempre escucho la misma respuesta: para que sea como mi tarjeta virtual, mi presentación en internet.
¿De verdad quieres que tu web sea la tarjeta de visita más cara del mundo?
Cuando hablo de “cara” no me refiero solamente a dinero. Hay mucho tiempo, conocimiento, esfuerzo y energía detrás de una web. Aunque haya costado más o menos dinero.
Hago aquí un resumen rápido de todo el trabajo que cuesta hacer una web profesional:
1. Lo que hay que hacer antes de empezar a apretar una tecla:
- Tienes que tener tu identidad gráfica definida: logotipo, colores corporativos, tipografías, tono de voz, estilo de imágenes… lo que en palabras de marketing se llama branding y lookandfeel.
- Tienes que tener preparadas las fotografías que quieras en tu web, especialmente si hay que hacerlas, porque tienes que buscar fotógrafo, lugar, vestuario, atrezzo, figurantes…
- Tienes que tener clara la estructura de tu web para poder redactar los textos o para pedirle a alguien que lo haga por ti.
- Tienes que tener definido todo lo que quieres ofrecer en la web, sean productos o servicios, ¿haces packs?, ¿haces descuentos?, ¿habrá promociones a lo largo del año?, ¿cómo tendrá que responder la web a todo esto?, ¿te vas a encargar tú de hacer los cambios?, ¿o lo vas a delegar?
- Tienes que entender y aplicar en tu negocio la Ley de Protección de Datos de tu país y tener listos los textos legales de tu web.
- Tienes que haber elegido una plataforma para el envío de newsletters y haber abierto una cuenta, si quieres que tus visitantes se suscriban a través de tu web.
- Si estás pensando en ofrecer algo “gratis”, como un webinar, un curso, un ebook… tienes que tenerlo preparado.
2. Lo que hay que decidir para empezar a construir tu web:
- ¿Qué nombre va a tener? Te sorprenderá saber la cantidad de veces que un proyecto se estanca por no saber qué nombre ponerle a la web.
- ¿Dónde va a estar alojada la web? Aquí toca elegir empresa de hosting o plataforma web, que es la casita donde viven los archivos de tu web. Ya sabéis que si queréis una web en wordpress yo siempre os recomiendo Raiola con los ojos cerrados. Y si preferís una plataforma os recomendaría Format.com o Leadpages.
- ¿Tienes los conocimientos para diseñarla por tu cuenta? ¿Tienes el tiempo para aprender a hacerlo? ¿Dónde puedes aprender? ¿Cuánto tiempo le vas a dedicar? ¿A quién se la vas a encargar? ¿Con qué tecnología la vas a hacer?
¿Cómo quieres aparecer en Google? Tienes que asegurarte de que Google va a saber que existe tu web e intentar que muestre lo que más te interesa.
3. Lo que tienes que controlar una vez está terminado el diseño:
- ¿Es una web segura? ¿o el primer hacker que aparezca por ahí te la va a infectar?
- ¿Tienes una copia de seguridad? ¿cada cuanto tiempo se hace la copia?
- ¿Funciona bien en todos los móviles, tablets, portátiles, pantallas…?
- ¿Es rápida? como tengan que estar más de 3 segundos esperando a ver algo en tu web ¡olvídate! se van a ir a otra.
- ¿Sabes cómo mantenerla y hacer cambios en los próximos meses? ¿O lo vas a delegar?
- ¿Tienes claro en qué momentos del año vas a tener que hacer cambios? Puede que sea todas las semanas porque tienes un blog, pero a lo mejor solo es dos veces al año. ¿Te vas a acordar de cómo se hacía todo dentro de 6 meses?
¿Tanto cuesta diseñar una web?
Así de golpe es un poco agobiante, ¿no? Y eso que es solo un resumen. Pero no te agobies, en este blog puedes encontrar respuesta a muchas de esas preguntas. Lo importante aquí es que te quede claro que tu web no puede ser solo una tarjeta de visita virtual. Todo este súperesfuerzo tiene que servir para algo más. Tu objetivo tiene que ser otro.
Vale, y ahora me dirás: ok, lo he pillado… entonces quiero que el objetivo de mi web sea vender. Y ahí, de nuevo, tengo algo que decir…
Vender es una consecuencia, no es un objetivo en sí mismo. Vender es el fruto de un proceso relacional en el que una persona valora que tu oferta es la mejor para ella, y por eso te compra.
Entonces, la pregunta que te tienes que hacer es ¿qué tiene que suceder en mi web para que, como consecuencia, alguien quiera comprar mis servicios?
Esa es la pregunta generadora que te va a ayudar a marcar los objetivos de tu web. Y los objetivos son los que van a guiar el diseño de la misma.
Ahora voy a poner un par de ejemplos.
¿Cómo alcanzar tus objetivos con el diseño de tu web?
Imaginemos que eres nutricionista y ofreces un taller de formación en nutrición para familias. Al empezar a diseñar tu web te puedes plantear como objetivo generar el deseo de compra de tu taller.
Una manera de conseguirlo sería diseñar una página dentro de tu web, dedicada exclusivamente a este taller. Es lo que se llama una landing page o página de aterrizaje.
En esa página contaremos con todo lujo de detalles cómo va a cambiar la vida de la familia que se apunte al taller y de cada uno de sus miembros. Lo vamos a hacer con testimonios de otras familias que ya han participado. También explicaremos cuáles van a ser los contenidos del taller, cuál va a ser tu metodología y cómo te vas a asegurar de que integren en su día a día los conocimientos que les vas a aportar, para que no les quede duda de que su vida va a cambiar después de este taller.
También tendremos que contar quién eres tú y qué te avala para impartir este taller, para generar confianza y buen feeling.
Podríamos incluso ofrecer un spoiler, algún pequeño regalo que les permita hacerse una idea real de lo que va a suceder en el taller. Por ejemplo un recetario o un pequeño video con consejos para desayunos nutritivos. Son solo ejemplos, pero les tiene que gustar tanto que les den muchas ganas de apuntarse al taller.
Voy a poner otro ejemplo de una web que persiga el mismo objetivo: generar el deseo de compra. Ahora hablaré de un estudio de yoga que ha conseguido crear en su local una atmósfera muy acogedora, donde los alumnos consiguen desconectar de sus preocupaciones. En este caso, en la web vamos a tener que poner fotos, muchas fotos, y muy buenas, que sean capaces de reflejar ese ambiente. Incluso utilizar videos sería fantástico, para que los visitantes de la web puedan visualizarse a ellos mismos dentro del espacio y tengan ganas de estar ahí.
Como ves, un mismo objetivo se puede transformar en dos webs muy diferentes, en dos diseños muy diferentes. La pregunta generadora ha sido la clave para decidir el diseño de la web: ¿qué tiene que suceder en mi web para que, como consecuencia, alguien tenga el deseo de comprar mis servicios?
En el caso del taller de nutrición hay que generar confianza y ganas de pasar a la acción. En el caso de la escuela de yoga hay que transmitir sensación de bienestar y paz y ganas de visitar el lugar.
¿Te das cuenta por qué la pregunta “cuánto cuesta crear una web” no tiene una respuesta automática?
Ahora que has visto la importancia de tener claro el objetivo de tu web, aquí tenéis otros ejemplos de “objetivos” que se pueden plantear para una web:
- Generar una base de datos de gente interesada para poder mantener el contacto más directo con todos ellos a través de email.
- Reforzar la confianza en ti y en tus servicios, aumentando tu reputación y posicionamiento en tu sector.
- Conseguir que la gente que ande buscando algo parecido a lo que tu ofreces, te encuentre en Google.
- Convertir tu web en una fuente de ingresos en tu negocio. por ejemplo, con productos de los que tú recibes una comisión
- Tener una plataforma en la que se desarrollan tus servicios, por ejemplos cursos online
Estos objetivos no son excluyentes, puedes tener varios objetivos en una sola web. Pero hay que saberlos, tenerlos claros, ordenarlos y priorizarlos, para poder enfocar todo el diseño de la web en función de ellos.
El diseño web estratégico es tu aliado
Todo esto, ¿lo has adivinado?, es lo que se llama diseño web estratégico. Y por esto es por lo que estoy yo aquí 🙂
Con lo que cuesta montar una web, en tiempo, energía y dinero, no estoy dispuesta a que tu web se convierta en la tarjeta de visita más cara del mundo. Quiero que tengas claro para qué vas a tener una web, qué quieres que esa web haga por ti y cómo saber si está funcionando o no. Quiero que tengas claro cuál es el objetivo de todo ese esfuerzo antes de empezar.
Si de verdad, después de leer todo esto, quieres que tu web solo sea tu tarjeta de visita online, entonces no me necesitas. Es más, no necesitas una web. Puedes abrir un perfil de linkedin, o una ficha en about.me y te vas a ahorrar muuuuchos dolores de cabeza.